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Cosmopolítica desde la pista de baile
Mariana Reyna
15 de octubre de 2023
Han sido días profundamente dolorosos y desconcertantes.
Somos danzantes. Algunxs de nosotrxs hemos sido danzantes desde hace 20 años porque encontramos en la escena de la música electrónica y en la cultura del rave un espacio para encontrarnos con lxs otrxs, para meditar bailando y para celebrar que estamos vivxs. Abrazamos los valores de la unidad, el respeto a la diferencia, el amor y la paz como astros orientadores para nuestras acciones. Buscamos siempre volver a esos espacios porque también la música es un eje que articula nuestras existencias: no podríamos vivir sin ella y a menudo es nuestro refugio ante la violencia estructural que se nos intenta presentar como si fuera un fenómeno natural. La guerra contra los pueblos está operando en todas partes. Sabemos que no puede haber paz donde rige el colonialismo, el despojo, el extractivismo, el fundamentalismo religioso y el odio que impulsa los proyectos de limpieza étnica. No puede haber paz sin justicia y sin el respeto a la dignidad humana.
Vemos con horror el asalto al festival en Gaza pero reprobamos enérgicamente el terrorismo de Estado que ejerce Israel sobre el pueblo Palestino, desde hace más de medio siglo; con el silencio cómplice de la comunidad internacional que se mantiene fiel a la pedagogía de la crueldad que sostiene este sistema de administración de la muerte. El terror es un mecanismo de control; se ejerce para promover el silencio, la paralización, la confusión y el miedo. Estamos viendo desplegarse ante nuestros ojos, una vez más, la agenda fascista. Por eso hoy creemos que es importante tomar la palabra para subrayar que no se puede ser neutral en esta guerra. Todas las vidas importan; todxs lxs muertos son nuestros muert@s. Estamos de luto por todas las personas que han caído y sentimos en el alma el dolor de sus familias y amigxs.
Pensamos que es crucial ver quién mueve los hilos y a quiénes conviene que prevalezca el conflicto armado. Es necesario decir que el programa político que busca imponerse para sostener el modelo capitalista-neoliberal no tiene respeto por la vida. Parece que su poder es ilimitado y que no hay nada que hacer pero, como toda creación humana, tiene su historicidad y llegó la hora de atrevernos a imaginar otros mundos posibles y de ponerlos en práctica en nuestros espacios cotidianos: en cada movimiento, en cada venue, en cada paso de baile. Requerimos del arte, la música, la poesía, la danza, el juego, la pasión por comprender y el deseo de cooperar para contener la escalada de este proyecto de guerra total que beneficia a unos pocos. Pero también necesitamos atender a la reflexión colectiva: ¿qué podemos hacer para no replicar en nuestros entornos esa violencia estructural que nos impulsa a exterminar al otrx, al diferente?, ¿qué falta para construir festivales que sean refugio y que no pasen por alto la complejidad de las problemáticas que atraviesan los territorios que los alojan?
Hamás no es el pueblo palestino. El Estado de Israel no representa a todxs lxs judíos. Nos duele observar entre artistas, DJS, productores y miembrxs de la comunidad de la escena electrónica, posicionamientos que no consideran el sufrimiento y las atrocidades que también han tenido que soportar las personas en Medio Oriente durante demasiado tiempo. Pero nos alientan las miradas lúcidas entre la comunidad judía que reconocen la ocupación ilegal de Cisjordania como el origen de esta pesadilla. Es momento de retomar esa postura política consciente y respetuosa que originó este movimiento musical y cultural – raver – durante la era de las luchas por la descolonización. Recordemos que la música electrónica – y en especial el psytrance – ha sido un movimiento cultural vinculado con la resistencia. No podemos encerrarnos en una burbuja de banalidad y victimización cuando vemos que la respuesta al brutal ataque de nuestros compañerxs danzantes está provocando una crisis humanitaria que representa un peligro mayor para todxs. Mostremos, por favor, más compasión para llevar a la acción la filosofía que circula entre nosotrxs en el espacio sagrado de la pista de baile.
Queremos paz pero también autonomía para el pueblo palestino, justicia y reparación del daño. Y lo mismo para todos los pueblos del mundo que defienden su derecho a la autodeterminación para decidir cómo quieren vivir.
¡Que viva la digna rabia! ¡Que viva la aspiración a la justa belleza! ¡Alto a la guerra en contra de los pueblos originarios de todo el mundo! ¡Alto a las agresiones paramilitares contra las bases de apoyo del EZLN y a las comunidades que integran el Cogreso Nacional indígena en México! ¡Alto a la creciente violencia contra la comunidad LGBTQ+! ¡Palestina Libre!
Nos necesitamos para seguir bailando y no reproducir los virus del miedo y la venganza que han querido introducir en nuestros tejidos comunitarios. Conversemos, aprendamos a escucharnos y a acompañarnos en el dolor pero ante todo: ¡bailemos! Sólo juntxs podemos encontrar el modo de proyectar nuevos horizontes para el porvenir.
“La danza de la renovación, la danza que hizo al mundo se ha bailado siempre en el filo de las cosas, en el borde. Es una orilla brumosa».
Ursula K. LeGuin
«Amar. Ser amado.
No olvidar nunca tu propia insignificancia.
No acostumbrarse nunca a la indescriptible violencia
y a la incongruencia vulgar de la vida que te rodea.
Buscar alegría en los lugares más tristes.
Perseguir la belleza hasta su guarida.
No simplificar nunca lo que es complicado
ni complicar lo que es sencillo.
Respetar la fuerza, nunca el poder.
Sobre todo observar. Tratar de entender.
No apartar nunca la mirada.
Y nunca, nunca olvidar.» – Arundhati Roy
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Cosmopolitics on the Dance Floor
October 15, 2023, Mexico City
In trance from the abyss
These have been deeply painful and bewildering days. We are dancers. Some of us have been dancers for 20 years because we found in the electronic music scene and rave culture a space to connect with others, to meditate through dance, and to celebrate being alive. We embrace values of unity, respect for differences, love, and peace as guiding stars for our actions. We always seek to return to these spaces because music is also a central axis in our lives: we couldn’t live without it, and it often serves as our refuge from the structural violence presented to us as a natural phenomenon. The war against peoples is happening everywhere. We know that there can be no peace where colonialism, dispossession, extractivism, religious fundamentalism, and the hatred driving ethnic cleansing projects prevail. There can be no peace without justice and respect for human dignity.
We are horrified by the assault on the festival in Gaza, but we strongly condemn the state terrorism that Israel has been imposing on the Palestinian people for more than half a century, with the complicit silence of the international community that adheres to the pedagogy of cruelty that sustains this system of death administration. Terror is a mechanism of control; it is exercised to promote silence, paralysis, confusion, and fear. We are witnessing the fascist agenda unfolding before our eyes once again. That’s why we believe it is important to speak out and emphasize that one cannot be neutral in this war. All the dead are our dead. We grieve for all the people who have fallen, and we feel the pain in the hearts of their families and friends.
We believe it is crucial to see who is pulling the strings and who benefits from the armed conflict. It is necessary to say that the political program seeking to impose itself to sustain the capitalist-neoliberal model has no respect for life. It seems like its power is limitless and that there is nothing to be done, but like all human creations, it has its historicity, and it’s time to dare to imagine other possible worlds and put them into practice in our everyday spaces: in every movement, in every venue, in every dance step. We require art, music, poetry, dance, play, the passion to understand, and the desire to cooperate to contain the escalation of this total war project that benefits only a few. But we also need to engage in collective reflection: what can we do to avoid replicating the structural violence in our environments that drives us to exterminate the other, the different? What is needed to build festivals that serve as a refuge and do not overlook the complexity of the issues that affect the territories that host them?
Hamas is not the Palestinian people. The State of Israel does not represent all Jews. It pains us to see among artists, DJs, producers, and members of the electronic music scene community positions that do not consider the suffering and atrocities that people in the Middle East have had to endure for too long. But we are encouraged by the insightful perspectives within the Jewish community that recognize the illegal occupation of the West Bank as the origin of this nightmare. It is time to reclaim that conscious and respectful political stance that originated this musical and cultural movement – the raver – during the era of decolonization struggles. Remember that electronic music – and especially psytrance – has been a cultural movement linked to resistance. We cannot lock ourselves in a bubble of banality and victimization when we see that the response to the brutal attack on our fellow dancers is causing a humanitarian crisis that poses a greater danger to everyone. Please show more compassion to put into action the philosophy that circulates among us on the sacred dance floor.
We want peace, but we also want autonomy for the Palestinian people, justice, and reparations. The same goes for all the peoples of the world who defend their right to self-determination, to decide how they want to live. Long live righteous anger! Long live the aspiration to just beauty! Stop the war against indigenous peoples worldwide! Stop paramilitary aggressions against the support bases of the Zapatista Army of National Liberation and the communities that make up the National Indigenous Council in Mexico! Stop the growing violence against the LGBTQ+ community! Free Palestine!
We need each other to keep dancing and not reproduce the viruses of fear and revenge that have been introduced into our community fabric. Let’s talk, learn to listen, and support each other in pain, but above all, let’s dance! Only together can we find ways to project new horizons for the future.
«The dance of renewal, the dance that made the world has always been danced on the edge of things, on the border. It is a misty shore.» – Ursula K. LeGuin
«To love. To be loved.
Never forget your own insignificance.
Never get used to the unspeakable violence
and the vulgar incongruity of the life around you.
Seek joy in the saddest places.
Pursue beauty to its lair.
Never simplify what is complicated or complicate what is simple. Respect strength, never power.
Above all, watch.
Try to understand.
Never turn away. And never, never forget.» – Arundhati Roy
Fotos por / Photos by: Boom Festival